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Locura – Celos y un Rosario : Capitulo 2


Titulo: Locura – Celos y un Rosario
Autor: Mion
Genero: Yaoi/Slash
Personajes: TVXQ
Couple: Park YooChun + Kim JunSu (TVXQ)
CAPITULO 2
 

Bueno… pero solo quiero esto no se esparza por la calle ya que mi hijo sufre de… doble personalidad…
El trastorno disociativo de la identidad…
S-si… disculpe debo irme antes de que llegue mi esposo…

Asentí preguntándome como seria la vida de una madre teniendo a un hijo con tal trastorno. Qué tipo de trato tendrían con él, quizá ya se haya logrado una mejora o puede que por el contrario aun los síntomas continúen.

De pronto se me quito el hambre, guarde las frituras en la alacena quedándome solo con la bebida. Subí a mi habitación dando unos cuantos sorbos a esta, me recosté en la cama pensativo y hasta un tanto ido.

¿Qué experiencia habrá tenido para desarrollar otra personalidad? Por cuanto habrá tenido que pasar durante estos años, por mis estudios se que las personas con este trastorno sufren de depresión, tienen fobias, pueden infringirse algún tipo de corte y hasta se involucran en las drogas y en el alcohol. Es inevitable sentir un poco de pena por el chico y por su madre.

Lo mejor sería dormir y dejar de pensar en ello. Me metí bajo las sabanas y aunque no me dormí al instante, al pasar de los minutos logre caer en los brazos de Morfeo.

Al día Siguiente

El clima parecía no mejorar, llovía a mares. Las gotas gruesas golpeaban mi ventana, afuera el clima debe estar inclemente otra vez. Todas las casas de la cuadra eran curiosamente similares, con la misma fachada, dos pisos, etc. Ahora que recuerdo ayer llegaron los nuevos vecinos y como que su primera noche aquí no fue tan afortunada.

Las cortinas de la casa de enfrente estaban cerradas, pero luego de unos segundos vi que una de las cortinas, para variar negra, era separada levemente. Era en vano tratar de ver porque mi vista es un poco mala y los anteojos nunca se me dieron por usarlos, simplemente seria lo último que llevaría puesto.

Me gusta ver la lluvia caer, es un lindo espectáculo. Aunque a la mayoría de persona les cambie el ánimo cuando llueve, ya que lo relacionan con la tristeza y demás. Sin embargo siempre he tenido esa afición a la lluvia.

Vi la pista completamente mojada, los autos pasaban con sus limpiaparabrisas encendidos. Las personas compartiendo sus paraguas, niños y mamas tomadas de la mano con dirección a la escuela, jóvenes rumbo a la secundaria. Y yo aquí a la espera de que las protestas se dignen en cesar, porque simplemente atrasan mi graduación.

Casi cuando estaba dispuesto a cerrar las cortinas algo en frente llama mi atención. Un curioso cartel en el que estaba escrito un “Hola” y quien lo sostenía era el chico llamado Junsu. Lo raro era que hacia lo posible por que no le diera un poco de luz en su rostro.

¿Qué se supone que deba hacer? Atine a agitar mi mano con una sonrisa. Este desapareció por un momento y volvió a aparecer con una nueva frase “¿Cómo estás?” ¿Debería buscar  algunas hojas y hacer lo mismo que él? Rayos después de todo no es un chico normal, así que mejor le sigo la corriente. Le hice una señal de que me espere un momento. Busque en mi escritorio algunos papeles con caras en blanco para utilizar, tome un plumón y me fui a la ventana otra vez.

“Estoy bien y ¿tu?” escribí en una de las hojas y se la mostré. Volvió a desaparecer y al instante me mostro su respuesta “Estamos bien” no puedo negar que su respuesta me dio un poco de escalofríos, ya que al verlo solo esa respuesta sonó un tanto paranormal. Volvió a mostrarme otro papel “Gracias por las frituras de ayer” Me siento un poco infantil al hacer esto, escribí en otra hoja y la alce “De nada, si quieres mas dime para comprarte otras” esbozo una gran sonrisa, bastante linda “¿De veras? Se me antoja una ahora”

“Pero tendrás que esperar a que deje de llover” me empiezo a divertir con esto, si mis compañeros me vieron se reirían en mi cara. “Me gusta la lluvia, vayamos a comprar ahora”  bueno tenemos algo en común, el gusto por la lluvia. “Pídele permiso a tu madre para que no se preocupe” aunque tengo las frituras que no comí ayer, salir no me vendría mal, no quiero pasármela todo el día metido aquí. “Si, entonces tocas mi puerta cuando estés listo” Asentí y le mostré el pulgar perdiéndose este entre las cortinas.

Busque una casaca, chalina y guantes. Por otro lado no tenía idea de donde deje el paraguas, busque por todos los rincones poniendo la casa patas arriba. Al encontrarla tome la llave y la guarde en el bolsillo de mi pantalón saliendo de casa. Estando fuera abrí el paraguas y cruce para la casa de enfrente.

Toque la puerta y aunque demoraron un poco en abrir, me recibió la señora de la casa.

Joven ¿Cómo esta? Ya baja Junsu…
Bien gracias, está bien yo espero…
¿Puedo pedirte un favor?
Si claro…
Si mi hijo le dice que le duele la cabeza ¿podrías hacer que se tome estas pastillas?

Asentí guardando las pastillas en el bolsillo, el dolor de cabeza debe ser uno de los síntomas. Al poco rato salió Junsu, completamente vestido de negro, aunque el color no sea para nada alegre le queda muy bien porque contrasta con su piel y sus ojos.

Hijo ya sabes si te sientes mal regresas de inmediato…
Si mama…
Cuídense…

Junsu agito su mano despidiéndose de su madre mientras avanzábamos, compartíamos el paraguas, pensé que como ayer cruzaría su brazo por el mío pero con el frio no hacía más que frotarse las manos.

¿Por qué no te pusiste guantes?
Se me perdieron…

Hice que tomara un momento el paraguas y me saque uno de mis guantes.

Toma ponte esta y la otra mano métela al bolsillo de tu casaca.
Pero tu guante es blanco…
Eh… ¿Y?
No me gusta ese color…

Al parecer su afición al negro es cosa seria, y hasta da un poco de miedo. Pero ahora no es el momento para gustos. Tome una de sus manos y tuve que ponerle el guante que le ofrecí.

Hace frio así que no te la vayas a sacar…
Pero es blanco… no me gusta…
Entonces que te siga haciendo frio…

Le quite el guante y cuando trataba de ponérmelo se aferro a este sin quererlo soltar.

No no no… está bien me lo quedo puesto…
Entonces quita esa puchero …

Es como si estuviera regañando a un hermano menor, tal vez a ese hermano que siempre quise.

Por cierto no se tu nombre… dime cual es…
¿Acostumbras a salir con desconocidos como yo?
Pero tú eres mi amigo…ayer paseamos juntos, me invitaste frituras y me llevaste con mi mama… eso no haría un desconocido…

Ese acento que lo hacía infantil pero bastante tierno hizo que no pueda resistirme a apretarle suavemente una de las mejillas.

Bueno creo que tienes razón…mi nombre es Yoochun…
Lindo nombre…

Le agradecí el halago y continuamos caminando.
--
Ya habíamos pasado por varias tiendas pero estábamos tan sumergidos en nuestra plática que a veces no queríamos detenernos o simplemente no nos dábamos cuenta. Decidimos entonces ir a un parque de diversiones que había sido abierto recientemente, ahí habría todo tipo de dulces que podría comprarle a Junsu. La lluvia empezaba a cesar, pero aun así Junsu no quería que quitara el paraguas.
Me incomoda la luz…
¿Enserio? ¿Por qué?
No se simplemente me siento tensionado cuando la luz del día esta sobre mi… por favor deja el paraguas abierto si…

Ni modo, aunque se vea un poco raro andar con paraguas cuando no hay lluvia y mucho menos un abrasador sol, no debo hacerlo sentir incomodo o sería un gran problema. Aunque ahora el problema sería cuando lleguemos al parque porque ahí si debía de cerrar el paraguas.
Junsu cuando lleguemos al parque no habrá paraguas…
Bueno caminare por donde haya sombra…

Su rostro se torno preocupado ¿tanta incomodidad puede causarle la luz? Debo pensar en algo.
Ya se…

La capucha de mi casaca era prácticamente grande así que la quite para ponérsela, y como pensé le cubría muy bien evitando que la luz le llegase al rostro. Pude amarrársela para que no se le fuera a caer. No era negro pero si un color oscuro, además simulaba ser parte de su casaca.
¿Mejor?

Cerré el paraguas y esa sonrisa que traía volvió a aparecer. Se le veía nuevamente muy cómodo. Nos apuramos para llegar rápido al parque, no se por cuanto habremos estado caminando pero por fin llegamos. Estaba regularmente lleno, estos sitios se llenan más en las tardes.
¿Quieres un algodón de azúcar?
Si…
Le compre uno el cual se lo comió con suma tranquilidad disfrutando el sabor. Dimos unas vueltas echando vistazos a los diferentes juegos que había.
¿Quieres algo o quieres jugar?
Carros chocones…
¿Si? ¿No es muy fuerte?
No, vamos…
Me tomo de la mano e hizo que corriéramos hasta aquel juego. La fila solo era de puros jóvenes universitarios dispuestos a sentir un poco de adrenalina mezclada con brusquedad. Íbamos avanzando dimos los tickets y fuimos a sentarnos al carro que nos indicaron.
¿Vas al volante?
Mejor tu…
Me acomode en mi lugar y este junto a mí, la fila se detuvo y los carros empezaron a moverse. Los impactos eran bastante duros, conduje para evitar aquellos golpes, pero tanto por delante como por detrás nos acorralaban. Pero al parecer Junsu se divertía por como reía a cada impacto que nos daban.
Yoochun al carro azul…
Hice acelerar el carro hasta el azul y lo golpeamos. La pareja al percatarse que fuimos nosotros no se quedaron atrás y se volvió una divertida guerra entre todos. La verdad es que hace mucho que no me reía de esta manera.

Los carros se empezaban a detener, el juego había terminado. Nadie quería levantarse de sus asientos, había sido muy divertido. Salimos del área del juego, con el ánimo en alto y con ganas de más. Cuando íbamos en camino para sentarnos en una de las bancas, un grupo de muchachos se nos acercaron sin buenas intenciones.
¡Miren la linda parejita!
Intente esquivarlos pero venían con todo el ánimo de comenzar a ofender. Ya que miraban que Junsu y yo íbamos de la mano, uno de estos nos separó y rodearon haciéndose los valientes.
No lo molesten…
Que tierno… defendiendo a su novia…
El rostro de Junsu empezaba a desmoronarse, su expresión desencajada me empezaba a preocupar.
¡Déjenlo en paz!
Algo no anda bien, veía como lo comenzaban a samaquear sin motivo alguno. Algunas jóvenes trataban de alejar a los muchachos de Junsu pero al parecer no tenían intención de dejarlo tranquilo.
Por favor ya no lo molesten…
La expresión de Junsu no me auguraba nada bueno, tenía los ojos cerrados, aprisionados con tanta furia. Se tocaba la cabeza, y se decía cosas para sus adentros, movía sus labios pero no podía leerlos.
¡Ya suéltame mocoso!
Empuje a uno que tenía enfrente tirándolo al suelo, me hice paso para tomar a Junsu pero antes de hacerlo este arremetió contra uno de los atacantes, estaba fuera de control. En un abrir y cerrar de ojos Junsu había golpeado la cabeza de quien lo molestaba en el suelo dejándolo inconsciente.
¡Te voy a matar!
Tanta ira en sus ojos y en sus palabras, lo pateaba sin cansancio. Lo tome de la muñeca pero ni así se calmaba, quienes nos molestaron en un principio tomaron a su compañero del suelo y se lo llevaron muy asustados.
¡Junsu cálmate!
“Llévatelo de aquí, o esos chicos pueden regresar y ensañarse peor con él” me dijeron, asentí y a fuerzas tuve que sacarlo y llevármelo lejos del parque. Repetía insistentemente cuando me veía “Quien eres” con sus ojos llorosos  ¿Sera Junsu quien ataco a aquel chico? De todos modos tenía que llevarlo a su casa otra vez.
Espera detente estoy cansado…
Hice caso pero me percate que se sobaba las sienes, debe dolerle la cabeza.
Tomate esto…
Saque las pastillas que su madre me había dado, pero me las rechazo y al parecer quería salir corriendo.
¡Espera! ¿A dónde vas?
Suéltame ni siquiera sé quién eres…donde esta mi madre…
Esto era lo último que esperaba, no lo digo porque me sorprenda ya que estaba al tanto de su trastorno pero yo nunca he tratado con alguien así.
Mira me llamo Yoochun… soy tu vecino de enfrente…
¿Y qué hago contigo ahora? ¿Qué hacíamos en ese parque? Y tu… ¿Por qué eres tan parecido a…Micky?
¿Micky? Al pronunciar aquel nombre sus ojos no hicieron más que llorar amargamente, su cuerpo tambaleo se apretaba la cabeza demostrando dolor en un solo gesto, antes de que cayera al suelo lo pude tomar en mis brazos. Sus ojos estaban empañados por el llanto, sus brazos temblaban y su respiración era bastante dificultosa.
¡Junsu!
Agite una mano frente a sus ojos pero era como si no estuviera en este mundo, solo no dejaba de temblar y de pronunciar “Micky…”  No podía perder tiempo, desde el suelo tuve que llamar un taxi, algunos solo me ignoraron pero felizmente uno se detuvo. Lo cargue en brazos y con la ayuda del conductor pude recostarlo en la parte trasera, dejándolo recostado. Me subí en el asiento del copiloto pero me mantuve viéndolo durante todo el trayecto ¿Quién es Micky? ¿Por qué su solo nombre lo puso así?
Joven no sería mejor si lo lleva a un hospital…
No lose…
Yo lo veo muy mal…
Y si estaba muy mal, soy apenas un estudiante de psicología nunca pensé que me toparía con una persona como Junsu, verlo así es un poco desesperante. Pero siento que sería mejor llevarlo a su casa, su madre sabrá que hacer.
Vamos a la dirección que le di…
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Al poco rato llegamos a su casa, baje muy rápido del auto. Note que Junsu se había quedado dormido.
Junsu despierta…
Notablemente irritados y un poco hinchados abrió sus ojos.
¡Yoochun!
Era el de nuevo, al pronunciar mi nombre me abrazo haciendo que cayera sobre él en medio del carro “Definitivamente eres muy especial…pero ¿Quién es Micky?” pensé.

CONTINUARA…

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