Capítulo 2: El primer día de nuestra nueva vida.
Todo parecía ir de mal en peor en la vida de Yunho. Por si fuera poco tener una recuperación bastante lenta, ahora le había tocado compartir habitación en la convivencia del Campeonato con Yoochun. Estaba clarísimo que para él iban a ser tres largas, horribles y pesadas semanas… o quizás no.
Dos días antes:
- Yoochun, ¿quieres compartir habitación con alguien en la convivencia? - le preguntó su entrenador.
- Pero… ¿es que se puede elegir? - respondió.
- Bueno, no es exactamente que se pueda, sino que yo sólo busco tu “comodidad”, ya me entiendes.
- Claro, lo que quieres decir es que vaya tanteando el terreno poniéndome con alguno de los participantes ¿no?
- Exacto, sabía que tú y yo siempre nos vamos a entender.
- ¿Qué quieres que haga? – preguntó Yoochun con voz seria.
- A mi modo de ver, creo que el mejor rival al que puedes tantearle el terreno sería…
- Al perfecto de Yunho ¿verdad? Vamos, a joderle un rato – y rió.
- Vaya Yoochun, eres más listo de lo que yo pensaba. Lo interesante… sería conocer los puntos débiles de ese chico, vamos, intentar descubrir cómo podemos amargarle un poco el Campeonato.
---------------------------------------------------
Exacto, era mucho más listo de lo que parecía y hacía ver hacia los demás, pero lo que Yoochun no sabía era que esa prepotencia y esas ganas de que Yunho nunca le superase le iban a llevar a otra clase de sentimientos que le cambiarían la vida.
Sonriente, mientras permanecía en la puerta de la habitación, Yoochun se quedó mirando a Yunho que seguía perplejo aún sin creerse que el chico fuera a compartir cuarto con él.
- Como si no tuviera bastante… - replicó.
- Joder, y yo que creía que ibas a alegrarte de verme – bromeó Yoochun.
- Vete a la mierda y no me toques los cojones, hazme el favor.
- Uhhh, que se nos pone gallito el chico y todo. Mira, te lo voy a poner fácil, vas a tener que aguantarme durante las siguientes 3 semanas así que, ¿por qué no fingimos que nos llevamos bien?
Yunho no respondió, simplemente se limitó a observar como su “enemigo” empezaba a ordenar sus cosas. Se sentía nervioso, inquieto, como si algo en su interior se estuviera moviendo para destrozar todo a su paso como si fuera un huracán. Y la verdad, en ese momento se quedó helado… porque por primera vez se preguntó si se sentía así debido a la furia que sentía por todo aquello en su interior, o se debía a otro tipo de sentimiento que no quería ni dar lugar a pensar. Y a decir verdad sabía, y estaba más seguro de que era más lo último que lo primero, haciendo que se pusiera más nervioso y un gran miedo recorriera todo su interior.
Aquella misma noche
Yunho se encontraba en la ducha, había sido un día duro de entrenamiento. A pesar de todo había intentado por todos los medios centrarse en aquello que más importaba en ese momento, pero la verdad, no se podía decir que se encontrara de muy buen humor. No sabía si rechazar el hecho de tener que aguantar todo aquello, o simplemente dejarlo pasar. De repente, Yoochun entró al baño sin llamar, y esa ya era la segunda vez…
- Es que ya no puedo ducharme tranquilo ¿o qué?
- Perdone usted, ni que fuera una chica y le diera vergüenza que la vieran desnuda.
- Tu que pasa, que te tomas todo en coña ¿no? – le dijo Yunho enfadado.
- No, lo que pasa es que quería ver personalmente ese cuerpazo, no te jode. Ahh por no hablar de esa pedazo de…
- Serás… - Yunho se había quedado sin habla.
“Ya me gustaría a mí” pensó sin poder evitarlo.
- Mira, que salgas del baño de una puta vez – dijo.
- Está bien, está bien – y mientras se reía salió del baño – Joder… - musitó y después observó como si, al parecer sin sorprenderle en absoluto, sufría una dolorosa erección.
Se tumbó en la cama y la cabeza comenzó a darle vueltas, pero sólo una imagen se le quedó en la mente, la de él haciendo que Yunho tuviera el mayor orgasmo de toda su vida. “Si la gente se entera de que eres gay, Yoochun, ese día será el fín de tu carrera”, recordó. “Y que más dá”, pensó. Total, era imposible que ese gilipollas de Yunho se sintiera atraído por él.
Segundos después Yunho salió del baño. A Yoochun le resultaba tan guapo que en ese momento se hubiera lanzado a por él sin pensárselo dos veces y le habría hecho de todo. Observó como el chico se ponía el pijama, bueno, más bien unos bóxer color azul y vio la fea cicatriz que este tenía en la pierna.
- ¿Te duele mucho? – preguntó.
- Vamos tío, no querrás ahora hacerte el simpático conmigo ¿verdad?
- ¿Simpático? – rechistó Yoochun – Tan sólo intentaba romper un poco el hielo, o bueno, más bien ese Iceberg nuestro llamado “odio”, pero si no quieres responder…
- Sí, sí que me duele, y bastante además.
- Entiendo, entonces me será más fácil vencerte.
Qué fácil resultó, el punto débil de Yunho era ni más ni menos que, seguramente para el resto de su carrera, no lograría competir otra vez al 100% de sus posibilidades.
- Pero que imbécil eres, ojalá y no te lo deseo nunca te pase algo así, porque verías lo jodido que es plantearse seguir con tu carrera deportiva.
- Vale, tranquilo, no hace falta que te pongas así. Sólo era una broma…
- Mira, que me dejes en paz.
Enfadado, Yunho comenzó a ponerse el bóxer con tanta rapidez que al apoyarse de una sola pierna se hizo daño y no pudo evitar caerse al suelo. Instintivamente Yoochun fue a ayudarlo enseguida.
- ¿Estas bíen? – preguntó.
- No, no estoy bien, o es que ¿acaso no lo ves? – le respondió Yunho.
- Tío, lo siento – porque aunque lo hubiera evitado, esa situación no le hacía nada feliz - ¿Te ayudo?
- Sí por favor, en el cajón de mi mesita tengo la crema que suelo ponerme ¿me la das? - dijo señalando.
- Claro que sí, espera un momento.
Yoochun fué a por la crema mientras Yunho se sentaba en la cama, tenía practicamente toda la parte de la pierna donde se encontraba la cicatriz hinchada y le dolía bastante. Realmente, no estaba muy seguro de poder participar en el campeonato. Mientras se ponía la crema, su cara de dolor impresionó a un Yoochun que no pensaba antes no había pensado que esa lesión fuera para tanto, pero sí, si que lo era. Se quedó mirando a Yunho y su corazón le dió un vuelco... le gustaba, estaba claro que le gustaba y ese "odio", desde ese momento se convirtió en frustración. Sabía muy bien por qué. Sí, su carrera acabaría en el momento en que alguien se enterara de que daría cualquier cosa por besar los labios de ese chico.
Eran las 3 de la mañana y Yoochun no podía dormir, su cabeza no hacía más que darle vueltas y justo despues su cuerpo reaccionó de la misma manera en la que estaba pensando.
- Oye, si tu no quieres dormir, al menos deja a los demás - dijo Yunho en voz baja asustando al chico.
- Lo siento... - y se hizo el silencio.
- Gracias por ayudarme antes, la verdad es que esta recuperación... me está trayendo muchos dolores de cabeza.
- Yo, esto... siento haber sido tan borde.
- Tranquilo Yoochun, no pasa nada, tambien han sido muchas las cosas que han influido en nuestra "relación".
En ese momento Yoochun escuchó como el chico se levantaba de la cama y se puso realmente nervioso. Tanto que se creyó sentir petrificado en el momento en que sintió cómo Yunho se sentaba en un hueco de su cama.
- Pero, ¿sabes qué? - le dijo - Todo puede mejorar.
Y en ese momento deseó con todas sus fuerzas que este le besara... pero no fué así.
- Toma, se te cayó esto cuando te fuiste antes a duchar - y Yunho le dió un reloj - Imagino que lo necesitarás.
Dios, como lo deseaba en ese momento. "Vamos Yoochun" se dijo así mismo; porque sabía que si no era en ese momento jamás lo haría.
Y sin pensarselo más, antes de que Yunho pudiera salir de su cama, le besó, tan profundamente, que sintió todo su mundo a sus pies.
0 comentarios:
Publicar un comentario