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Police Love:¡¡FORBIDDEN!! : Capitulo 2

Título: Police Love:¡¡FORBIDDEN!!
Autor: Meguri
Género: Yaoi
Personajes:
Yoochun (Kuguar) - Ladrón
Changmin - Detective
Yunho - Inspector y tío de Changmin
Jaejoong - Oficial
Junsu - Cantinero
Comandante
Hermanos
Couple: YooMin
Advertencia: Mucho misterio y un ladrón sensual que hará revolcar sus corazoncitos :D
Resumen: Atrapar un ladrón de joyas es la misión que se le encomendó a Changmin, un famoso Detective de la Capital. Sin embargo, el joven detective de seguro no esperará las sorpresas que este, igual famoso ladrón, le tendrá. Acertijos y metáforas son las únicas pistas que tiene Changmin para poder hallar a Kuguar, pero descifrar e interpretar no es el verdadero problema. ¿Qué sucederá cuando detective y ladrón tengan su primer encuentro?

CAPÍTULO 02:

Sentado en la barra de una taberna no hacía más que beber y hablar con el cantinero.

- Así que volviste a hacer de las tuyas, ¿eh?- preguntaba el cantinero, mientras limpiaba un vaso con uno de los tantos paños que habían colgados por la parte baja de la barra.

- No, te equivocas. Esta vez solo paseaba como un ciudadano más, sin motivo ni interés de robar nada, cuando un policía me reconoció.

- Te pasa por ser el más buscado de toda Corea ¿no, Yoochun?- preguntó con una voz y una risa burlona.

Una sonrisa se formó en su cara en el preciso instante en que terminaba de tomar otro sorbo de cerveza. -¿Acaso olvidaste que tú también lo eras?. ¿O has olvidado aquellos tiempos en que los dos corríamos por nuestras vidas?

- ¿Olvidarlo?. ¡Pero si fue la mejor etapa de toda mi vida!- dijo el cantinero riéndo a carcajadas. - Aquellos tiempos, aún éramos jóvenes en ese entonces.

- ¡¿Jóvenes?!, ¿y tú crees que estás hablando con un viejo? Discúlpame amigo, pero yo aún estoy en la flor de mi juventud. - dijo Yoochun bebiendo otro sorbo de su cerveza.

-Y veo que la aprovechas muy bien, estimado. Escuché por ahí que no dejas que se te escape ninguna jovencita. ¿Otro vaso? -preguntó el cantinero al tiempo que abría otra botella para servirle a su amigo.

- Por favor - dijo Yoochun tendiéndole el vaso para que le sirviera. Una mirada satisfecha era lo que sus ojos reflejaban en ese instante. - Sabes que no soy muy fanático de la cama ni nada, Junsu. Pero pareciera que estas hermosas damiselas llegan a mí como pidiéndomelo a gritos. Después de todo, no he perdido mi buen trato con las mujeres.

- Desde que te conocí que siempre has sido un Don Juan, Yoochun. Y como tu amigo y compañero te digo que a veces me preocupa un poco las cosas que haces. - Dijo Junsu dejando la botella a un lado y mirando a Yoochun con una mirada que denotaba preocupación.

-No empieces de nuevo con tus charlas de padre sobreprotector Junsu. Sabes que no las soporto - Dijo Yoochun desviándo la mirada de los ojos de su amigo.

- Sólo digo lo que pienso. Lamento ser tan latero contigo. - Dijo Junsu levantando los hombros y mirando hacia una mesa vacía. - Hey, Yoochun, no sé si te diste cuenta, pero la señorita de la mesa cuatro no te ha despegado los ojos de encima desde que entraste.

- ¿Enserio? - Dijo Yoochun dándose vuelta disimuladamente. Una joven de unos 20 años de edad lo saludó con la mano, mientras se cruzaba de piernas, dejando a la vista un campo mucho más amplio de estas. - Pensé que no te gustaba lo que estaba haciendo, ¿no, Junsu? - dijo dándose la vuelta después de haberle devuelto el saludo a la joven con la mano, sin antes regalarle una de sus mejores sonrisas acompañada de la mirada más seductora que tenía. Su arma mortal, como le gustaba llamarla.

- La verdad no me gusta mucho. Pero debo admitir que hasta ahora, nada te ha salido mal. Además, tienes a Jae de tu parte. Después de todo, él siempre ha sido como nuestro hermano mayor.

- Ahora veo el porqué de tu disgusto. Seguramente Jae te ha contado algo que escuchó de mí ¿cierto? - dijo al momento que terminaba de tomar todo su vaso de cerveza.

- No, nada de eso. Sabes, mejor dejemos toda esta conversación hasta aquí. Creo que estarás ocupado la próxima media hora - Dijo Junsu saliendo de detrás de la barra y dirigiéndose a una mesa donde empezaba a formarse lo que parecía un pleito.

Yoochun lo siguió con la mirada hasta que vio que la joven mujer que lo había saludado hace un momento, se dirigía donde él estaba. "Creo que estarás ocupado la próxima media hora", sonrió al comprender lo que había querido decir Junsu con esas palabras. "¿Media hora? Por favor, Junsu. Dame mínimo 45 minutos" se decía así mismo con una sonrisa en la cara.

- Veo que no eres muy sutil a las indirectas ¿eh?- le dijo la joven al momento que se sentaba al lado de él en la barra.

- Mis disculpas, hermosa dama- Dijo dándose vuelta para quedar mirando directamente a la mujer, para poder tomarle una mano entre las suyas. - Pero resulta que el fulgor que irradian tus ojos no me ha dejado apreciar por completo tu belleza - Dijo besándole la mano que había tomado y que había comenzado a acariciar.

La joven notó un cierto sonrojo en sus mejillas, por lo que no pudo hacer nada más que dejar escapar una risita nerviosa, al tiempo que se tapaba la boca con la mano que tenía libre.

- Pensé que lo había espantado o que había ido demasiado rápido para Usted - dijo un poco avergonzada la joven.

- Shh - dijo Yoochun al tiempo que un dedo se dirigía a los finos labios de la joven. - No tienes porqué disculparte, preciosa. Y si me has espantado, sería solo por tu belleza sobrenatural. - A medida que hablaba, se iba acercando más y más a la cara de la joven. Entre más la veía,  más llamaba su atención. De verdad era una joven muy linda, típicas jovencitas que salen del liceo y lo primero que hacen es buscar a alguien con quien acostarse. "Y veo que ha elegido a la persona correcta, haré que su primera vez sea inolvidable, y por supuesto, la mejor de todas" pensaba Yoochun.

- Esto... creo que... no es el lugar adecuado. - decía la joven con la voz realmente baja, apenas si murmuraba. Bien podía ser para que no la escucharan, o bien porque aquel beso la había dejado prácticamente sin aire ni fuerzas para emitir un sonido. Yoochun creía lo segundo.

- Me vuelvo a disculpar con Usted, mi lady. Creo que he sido un mal educado, con su permiso, mejor me retiro del crimen. - dijo parándose del asiento y haciendo como que se dirigía hacia la puerta.

- No, ¡espere! - dijo la joven alcanzando a tomarlo del brazo.

"Bingo" pensó Yoochun. - Dígame, ¿hay algo que pueda hacer por Usted? - preguntó volviéndo a mirar a los ojos a aquella pobre mujer.

- Creo que ... - dijo mirando hacia abajo - creo que arriba hay un cuarto, si mal no recuerdo - en su voz se notaba tanto el nerviosismo como las ansias de subir.

- Entonces, después de Usted - dijo Yoochun indicándole el camino con la mano.

La joven mujer avanzó hacia las escaleras y Yoochun la seguía por detrás. Junsu que había estado en medio de la supuesta pelea, que por cierto había logrado detener a tiempo, no había dejado de observar los movimientos de Yoochun. "No tienes remedio, Yoochun" había pensado, como si fuera a comunicarse con él por medio de telepatía o algo así. Sin embargo, algo en su corazón le decía que Yoochun, aún siendo un ladrón toda su vida, hasta ahora, había sabido vivir como un rey.

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Se escuchaban unos pasos por el pasillo, alguien se acercaba a la oficina. Por el sonido que hacían las ruedas, se podía adivinar que venía con una maleta. Abrió la puerta y se encontró con dos personas dentro, de inmediato reconoció a una de ellas.

- ¡¿Tío?! - exclamó al instante en que abría la puerta.

- ¡¿Cha-Changmin?! - dijo Yunho con un resplandor en sus ojos. Poco menos se abalanzó sobre su sobrino Changmin, haciéndo que este soltara la maleta que traía.- ¿Cómo es que ... cuando llegaste? - Preguntó muy emocionado.

- El Comandante me llamó ayer en la mañana, pero andaba en unos casos, así que no pude atender el teléfono. En cuanto llegué a mi casa, Takagi me informó que tenía una llamada.- Dijo Changmin tan entusiasmado como Yunho.

- ¿Takagi? - Preguntó Yunho intentando hacer memoria.

- Sí, Takagi. Es el asistente japonés que contraté hace casi un año. Creo que no te había hablado de él, tío.

- No, la verdad no lo recuerdo muy bien. -Dijo Yunho rascándose la cabeza como para intentar recordar mejor.

- Bueno, después se contarán sus historias y les daré un tiempo para que hablen, después de todo, sé que hace años que no se ven. Pero ahora, tenemos un asunto más importante que atender. Les recuerdo el motivo por el cual los he reunido aquí a los dos. - Dijo el Comandante parándose de su silla y caminando hacia delante del escritorio.- Inspector Yunho, necesito que ponga al tanto a su sobrino sobre las situaciones que han ocurrido con este ladrón, necesito que lo informe muy detalladamente de todo cuanto sea necesario. ¿Puedo contar con Usted?

- Por supuesto, Comandante.- Respondió Yunho a la interrogante de su mayor.- Changmin, ven, te explicaré todo en mi oficina. Trae tus maletas.

- De inmediato, tío ... - dijo Changmin recogiéndo su maleta.

- Inspector ... Desde ahora te referirás a mí como Inspector. - Dijo Yunho, poniéndo su mirada más dura con su sobrino.

- Entendido, Inspector. - Dijo Changmin con una sonrisa de orgullo al momento que pronunciaba esas palabras.

Salieron los dos de la oficina del Comandante, Changmin seguía a Yunho por el pasillo. Era primera vez que Changmin iba a ver la oficina donde trabajaba su tío, y también era primera vez que iba a trabajar con él, prácticamente, después de casi cinco años. Entraron a la oficina de Yunho. "No es tan grande como la imaginaba, pero mi tío sigue siendo igual de desordenado" pensó Changmin en cuanto entró.

- Bueno - Dijo Yunho- Aquí es donde trabajo, no está muy ordenado que digamos, pero nunca he sido un fanático del órden después de todo - Dijo como si le hubiera leído los pensamientos a Changmin.

- Me la imaginaba un poco más grande - Dijo Changmin dejando su maleta en un rincón y tomando asiento en una silla que le apuntaba su tío.

- Sí, es pequeña. Esta oficina me la pasaron hace solo tres meses. La que tenía antes era más grande, pero era porque la compartía con otros dos oficiales.

- No te preocupes, creo que está bien para tí. Por cierto, Inspector - Changmin aún no se acostumbraba a decirle así, aunque no podía negar que lo llenaba de orgullo saber que su tío tenía el grado de Inspector en la comisaría central de la capital de Corea.- Le quería pedir un favor, si no le molesta, me gustaría quedarme en su casa por unos dos o tres días, hasta que encuentre un apartamento apropiado para quedarme.

- No te preocupes Changmin, puedes quedarte. Además, tu tío ya se estaba sintiendo un poco solo en esa casa- Dijo Yunho mostrando la mejor de sus sonrisas.

- Muchas gracias. Ahora, me gustaría que me hablaras un poco de este ladrón. ¿De verdad ha sido tan difícil su captura? La verdad no me imagino que tan escurridizo puede ser.

- El Comandante me dio esta misión porque a los oficiales les estaba causando muchos problemas - Dijo Yunho con una cara seria - Ten, estos son todos los informes que tengo sobre él, aunque igual ahora te explicaré las cosas más básicas, después cuando tengas más tiempo los lees. Este no es un ladrón común, lamentablemente, nos estamos enfrentando a alguien de un nivel más alto.

- ¿Un nivel más alto? - Preguntó Changmin

- Sí. Verás, tiene ciertas ventajas sobre nosotros, ya que siempre que vamos tras su captura, se escurre por unos pasadizos que sólo alguien que vive por años en las calles puede conocer. Según los antecedentes que tienes ahora en tus manos, dice que desde los siete años que esta persona hace de las suyas en la capital.

- ¿Y en esos tiempos tampoco fue capturado?

- Por supuesto que sí, después de todo solo era un niño, así que no traía muchos problemas, pero fue por esa misma razón que nunca pudo estar más de dos días detenido. Era menor de edad, y sabes que las reglas no se aplican a los menores de edad.

- Comprendo - Dijo Changmin achicando un poco los ojos como quien se detiene a pensar.

- El caso es que a medida que iba creciendo, más difícil se nos hacía poder atraparlo. Al principio solo robaba comida, y claro, siendo niño no tienes otra necesidad más que la de comer, pero ya cumplidos los catorce años más o menos, comenzó a robar cosas de valor. Se disfrazaba de una persona importante y no sé con qué facilidad se colaba en las fiestas de las personas adineradas, incluso una vez alcanzó a colarse a una fiesta que hizo el Comandante en su casa. La verdad, no sé cómo pudo entrar, el Comandante solo tenía entradas para los oficiales de la policía, no sobraba ninguna, pero él fácilmente pudo entrar.

- Una pregunta, ¿fueron todos los oficiales que había invitado el Comandante? - Preguntó Changmin, que se notaba ya más interesado en el tema.

- Todos, no faltó ninguno. Lo dices por la cantidad de entradas ¿cierto?

- Sí. Si hubiera faltado alguno, podríamos considerar la posibilidad de que el policía que faltó, de alguna forma habría perdido la entrada, o la hubiera vendido para ganar dinero o simplemente que se la hayan robado. Si fuera el caso, ya sabríamos como se las ingenió para poder entrar a la fiesta.

- No. También habíamos pensado lo mismo. Pero no faltó absolutamente nadie. Incluso hubieron muchos policías que quedaron fuera de la lista y quisieron entrar, pero los guardias de la entrada no se los permitieron. Yo mismo estuve ahí, y puedo confirmar que no dejaron pasar a nadie que no tuviera la entrada.

- Un caso digno de investigar - Dijo Changmin, quien ya le había encontrado un cierto gusto a todo lo que recibiera el nombre de "reto" o como solían decir los detectives "un crimen perfecto".

- Exacto. Después de un tiempo, dejamos pasar ese caso por alto, como muchos otros, en los que no hemos podido encontrar respuesta a ciertas interrogantes. La cosa es que, después de ganar cierta fama y tener cierto renombre por el área, comenzó a robar joyas, de las más caras joyas jamás pensadas. Ya no se conformaba solo con joyas de la gente adinerada, tuvo incluso la oportunidad de robar la joya de la mismísima reina de España, pero no pudo, por alguna razón, su objetivo se vio bloqueado.

- ¿Bloqueado? - Preguntó Changmin mirando rápidamente a su tío.

- Sí, no sabemos muy bien la razón, pero no pudo robarla. Fue un milagro para nosotros, ya que nos habían contratado como escolta de la reina y hubiera sido una gran crisis para Corea y España si una de las joyas de la Reina hubiera sido robada.

Changmin no despegaba su mirada del suelo, notoriamente, había algo que le incomodaba.

- Disculpa, Inspector, pero aquella vez recurrieron a una vigilancia mayor que en cualquier otra, ¿cierto?-

- De que fue mayor, por supuesto que fue mayor, pero si me pides mi opinión, encuentro que no fue la suficiente como para escoltar a una reina.

Había algo que aún le molestaba a Changmin, no dejaba de tocarse el mentón y de mirar el suelo, como si hubiera algo escrito en él y tuviera que descifrarlo antes de tal hora.

- ¿Ocurre algo, Changmin? - Preguntó Yunho que notaba algo distraído a su sobrino

- Oh, no nada. Continúa por favor. - Dijo Changmin moviéndo la cabeza como quien despierta de un sueño.

- Bueno, hasta ahora, eso es lo único que te puedo contar. Para que las cosas te queden más claras, deberías hecharle una leída a esos documentos que tienes en las manos. - Dijo Yunho levantándose de su asiento.

- Uhm, eso haré, Inspector.

- Oh, casi lo olvidaba. Me faltó contarte un detalle muy importante, últimamente, aparte de estar robando joyas de la realeza, también no ha perdido el tiempo, y como todo hombre a los cuales se les suele llamar "viejo verde" ha estado acosando a jovencitas.

- ¡¿Acosado dices?!

- Sí, no te sorprendas tanto. Después de todo, es lo único que le faltaba. Pero hay una detalle muy extraño en sus violaciones, si es que las podemos llamar así.

- Dices que ha estado acosando a gente ¿no?. ¿Cómo no llamar violación a algo como eso?

- Es que lo más extraño, es que hemos tenido la oportunidad de interrogar a dos jóvenes, y ninguna de las dos quiere darnos datos.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Changmin.

- A eso. No quieren decirnos nada, ni siquiera la hora o el lugar, nada de nada. Como si las tuviera amezadas - Dijo Yunho haciendo que sonara más como una pregunta para sí mismo que como una hipótesis - Porque no quiero pensar que hicieron algún tipo de pacto con él, si ese fuera el caso, sería totalmente desastroso.

- Esperemos que no sea eso. Pero en todo caso, trataré de leer estos documentos apenas llegue a tu casa.

- Me parece. Por cierto, ya deberías irte a casa. Yo llegaré un poco tarde, tengo un museo que vigilar esta noche. Sabes la dirección de la casa, ¿no?

- Recuerdo más o menos algo de la última vez que vine, pero fue hace tanto, que no quiero arriesgarme a andar solo por estas calles. Dijo Changmin parándose de la silla y cogiendo su maleta que había dejado en un rincón.

- Como digas, entonces mejor diré a un oficial que te lleve a casa en el carro policial, aprovechando el viaje, quizá alguno tenga que pasar por ahí.

- Okey, gracias.

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Desde que había conversado con su tío en la oficina que a Changmin algo le había quedado molestando. Entró a la casa de su tío, sin antes despedirse y agradecerle al oficial que lo había traído, en cuanto puso un pie dentro, sintió que retrocedía a aquella última vez que estuvo allí. "Se siente igual de bien que antes" se dijo a sí mismo, "incluso, aún tiene el mismo olor" dijo después de haber llenado sus pulmones de aire. A Changmin sinceramente, le encantaba esa casa, era en el lugar en el que se podía sentir más cómodo, y claro, si cuando chico, él pasaba ahí horas y horas esperando a que su padre volviera del trabajo. En aquellos tiempos, su tío era solo un oficial de primera, de esos que solo sirven para poner órden en el tráfico de las calles. Aún así, desde esos años, que Changmin quería convertirse en un gran detective, uno reconocido a nivel mundial, tan famoso como Sherlock Holmes. Si es que cuando chico lo único que hacía era encerrarse en el armario de su tío a leer esos tan añorados libros de detectives. "Algún día, tu pequeña cabezita, explotará con tantos conocimientos" le solía decir su tío mientras lo despeinaba con una mano. "Sí, algún día explotará, tío" pensó Changmin riéndose al recordar aquellas palabras.

"Será mejor que saque las cosas de la maleta" Se dijo a sí mismo Changmin, al momento que entraba a una habitación. La misma que había ocupado cuando era pequeño.

Puso la maleta sobre la cama y comenzó a sacar todas las cosas. Empezó por su ropa, la cual iba dejando dentro del clóset que había en el cuarto. Luego, cuando estaba sacando sus útiles de aseo, como su cepillo de dientes, su desodorante y su máquina de afeitar, se le cayeron unos papeles al piso.

- ¿De dónde salieron estos papeles?- Se preguntó en voz alta. Recogió uno de ellos. Titulaba: "Caso 07: Kuguar". ¡Claro! Eran los papeles que le había dado su tío sobre aquel ladrón. Comenzó leyendo ese, aún hincado en el suelo.

"17 de Noviembre del año 2007.
El ladrón Kuguar ha vuelto a hacer de las suyas. Esta vez ha robado el banco principal de la avenida 17. Se ha llevado casi tres millones en solo cinco minutos. Una vez más, no hubieron testigos. Se ha interrogado al guardia de la entrada y ha dicho que no ha entrado ningún sospechoso, solo dos oficiales que venían a hacer un giro de un dinero que se les había dado."

Changmin siguió leyendo el resto de los papeles, hasta que dio con uno que captó toda su atención. "Caso 19: Kuguar". Era el informe donde relataban el casi robo de la joya de la reina de España. Changmin movía sus ojos rápidamente a medida que avanzaba sobre las líneas del papel que tenía sobre sus manos."¡Por fin!. He encontrado lo que buscaba" pensó Changmin. Dejó el papel sobre la cama al tiempo que se reía a carcajadas como cuando un científico loco experimenta la satisfacción y la alegría de saber que su Frankestein está vivo del todo.


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